La eficiencia energética es el primer combustible de un sistema energético mundial sostenible. Puede ayudar a mitigar el cambio climático, mejorar la seguridad energética y hacer crecer las economías.
De acuerdo con el Instituto de Estudios Ambientales y Energéticos (EESI) eficiencia energética se refiere a utilizar menos energía para realizar la misma tarea, es decir, eliminar el desperdicio de energía.
obtener la mayor cantidad de energía útil de la menor cantidad de energía posible, y no desperdiciarla
Foto: Getty Images/iStockphoto.
En otras palabras, la eficiencia energética significa hacer más con menos; esto es: “obtener la mayor cantidad de energía útil de la menor cantidad de energía posible, y no desperdiciarla”.
Por ejemplo, anteriormente un foco incandescente producía luz, pero desperdiciaba mucho calor en el proceso. Ahora los focos de tecnología LED crean la misma cantidad de luz sin desperdiciar calor; por lo tanto, consumen menos energía.
La eficiencia energética trae consigo una variedad de beneficios:
• Reduce las emisiones de gases de efecto invernadero.
• Reduce la demanda de importaciones de energía.
• La eficiencia energética es la forma más barata y rápida de reducir el uso de combustibles fósiles.
La eficiencia energética busca proteger al medio ambiente mediante y la reducción de la intensidad energética. Habituando al usuario a consumir únicamente la energía indispensable.
Entre más energía utilizamos, más emisiones de gases de efecto invernadero se emiten a la atmósfera; por ende se agotan las reservas de recursos naturales no renovables. Tales como el petróleo, el carbón y el gas. Tenemos que reducir nuestra dependencia de estas fuentes de energía; una forma de hacerlo es asegurarnos de que todos usamos la energía de la forma más eficiente posible.
La eficiencia energética es elemento crucial para luchar contra el cambio climático
En este mismo contexto, Augusto Sánchez Cifuentes, académico de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, resaltó:
La eficiencia energética tiene otras vertientes además del ahorro económico: el impacto ambiental. Casi el 90% de nuestra energía proviene de quemar combustibles fósiles, de modo que cada kWh que disminuye equivale a quemar menos combustible. Por lo tanto, se generan menos emisiones y alargamos la vida de nuestros recursos naturales.
De acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), para alcanzar el escenario de no superar un calentamiento global de 2°C; se necesita establecer una ruta que vaya en línea con las políticas internacionales. Planteándose una reducción de las emisiones globales de GEI en 2050 cercana al 90% frente al año 2000.
La eficiencia energética se presenta como el principal instrumento responsable de casi un 60% de la reducción de emisiones de GEI. Por ello, la eficiencia energética se presenta como un elemento crucial para luchar contra el cambio climático.