El CO2, dióxido de carbono; es un gas abundante y esencial en la atmósfera. Se necesita para respirar; las plantas lo necesitan para realizar la fotosíntesis; y el planeta, para evitar que se congele. No se puede ver, ni tiene olor, y no tiene un efecto contaminante nocivo para la salud; como el dióxido de nitrógeno, producido por coches principalmente.
Y si es beneficioso ¿por qué todo este revuelo?
En la vida, lo bueno en exceso se vuelve malo; y en el caso del CO2, el desarrollo humano lo ha producido en enormes cantidades. Formando así el famoso efecto invernadero; impidiendo que el calor se escape al exterior de la atmósfera. Por lo tanto, debido a las grandes cantidades de CO2, hay demasiado calor. Como consecuencia, el aumento de temperatura esta provocando un cambio en el clima a nivel planetario.
¿Quieres calcular tu huella de carbono?
La huella de carbono señala el impacto de las emisiones de CO2 en el cambio climático. Este concepto se inspira en el de la huella ecológica; la cual, dice que los seres humanos consumimos recursos como si tuviéramos un planeta y medio. Aunque hay países que consumen más, por ejemplo, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos.
El internet cuenta con calculadoras de carbono, como Carbon Footprint; estas calculadoras funcionan preguntando por las actividades diarias cotidianas e indican cuánto CO2 emitimos con ellas.
Este sistema fue inventado por las Naciones Unidas, con el objetivo de contribuir en la lucha contra el cambio climático; es decir, si no podemos disminuir la emisión de CO2, se pueden hacer otras acciones para compensarlo; por ejemplo, plantar árboles, que absorben el CO2 de la atmósfera.
¿De qué otra manera podemos reducir nuestras emisiones de CO2?
- Ahorrar energía; uno de los principales responsables del aumento del CO2 es el consumo de energía, principalmente la que proviene de combustibles fósiles.
- Poner en práctica las 3 R’s; reducir nuestro consumo, reutilizar antes de desecharlas, y reciclar.
- Transportarse de manera sostenible; disminuyendo el uso de coches privado o compartirlo, utilizar el transporte público, caminar o usar bicicleta.
- Llevar una alimentación baja en carbono; para esto es recomendable consumir productos locales, frescos y de temporada. Además de ayudar en la economía local, resulta ser más saludable.